A todas nos ha pasado alguna vez que terminamos una relación. Sea cual sea el tiempo de duración o la intensidad del sentimiento, el tiempo post-truene nos hace caer en contradicciones, mordernos la lengua y muchas veces hacer, decir o pensar cosas que no queremos, pero que no siempre podemos evitar, porque OUCH.
PUBLICIDAD
Aquí, algunas etapas del duelo post-rompimiento. Advertencia: algunas son medio psycho, pero no por ello menos comunes ni naturales, así que quien esté libre de pecado…
- Piensas que estás tomando la mejor decisión. Te sientes orgullosa y firme al respecto.
- Lo borras de todas tus redes sociales y lo bloqueas de todos los sitios en los que te puede encontrar. También quitas sus fotos de tu móvil.
- Lloras. Lo desbloqueas de todas las redes sociales. Te arrepientes y le llamas para decirle que sigues segura de que es la mejor decisión, lo extrañas, pero no quieres regresar.
- Obvio pelean y lo vuelves a bloquear, más decidida que antes.
- Descargas Tinder para regresar a la acción.
- Platicas con un par de hombres, quienes te invitan a salir de inmediato. Evades responderles y te das cuenta de que en realidad y a pesar de ti misma, no estás lista para regresar al campo del amor ni del sexo.
- Lo stalkeas mucho, a todas horas.
- Una mujer le escribe un comentario (tipo “Hola”, lo que te hace pensar que tiene algo que ver con ella.
- Te da pavor imaginar que estarás sola para siempre y piensas que quizá era mejor estar con él que así.
- Lloras. Lloras mucho. No puedes concentrarte en nada.
- Es insoportable ese primer fin de semana sin verlo. Bebes dos copas en apariencia inofensivas, pero que se te suben a la cabeza como si hubieran sido dos botellas y terminas llegando más temprano a tu casa.
- Te percatas que ya no tienes 20 años y que por lo mismo te consuela más escribir, leer, ver series o estar con una buena amiga que el hecho de emborracharte.
- Te preguntas por qué estás sin él si sí lo quieres.
- Extrañas mucho tener sexo con él, y piensas que quizá eso te hace ser más subjetiva al respecto.
- Te despiertas a las cuatro de la mañana, enojada porque él no luchó lo suficiente por ti.
- Tus amigos te recuerdan las razones por las cuales decidiste separarte. Te tranquilizas.
- Stalkeas y te preocupa que él no escriba nada.
- Stalkeas y te intriga que el escriba “Tengo hambre” o cualquier otra cosa insignificante que en ese momento parece todo un teorema.
- Stalkeas y te das cuenta de que la mujer con la que pensaste que él tenía un romance, en realidad tiene novio. Ups.
- Recuerdas lo bueno de su relación. Ves que está online en Whatsapp. Estás tentada a escribirle, pero te amarras los dedos para no hacerlo.
- Todo el tiempo te cuestionas si él también te extraña y te aterra la idea de que ya te haya superado.
- Te das cuenta de que el miedo a que te supere es puro ego, pues al final ya no es nada de ti y sabes que es lo mejor para ambos.
- Te acuerdas de todas las razones por las que lo terminaste y te das cuenta de que en realidad no tenían futuro juntos.
- Aceptas que aunque no sean compatibles, él es una buena persona que te hizo muy feliz durante el tiempo que estuvo a tu lado.
- Te serenas y aceptas la posibilidad de que él salga con otra mujer en cualquier momento (así como tú, en cualquier instante, puedes conocer a un hombre, sólo que ahora no quieres).
- Empiezas a enfocarte en tu trabajo y en estar mejor contigo misma, por lo que la frecuencia del stalkeo disminuye.
- Sigues llorando en las noches, pero cada vez menos, y eso te ayuda a sentirte mejor.
- Le deseas lo mejor, le deseas amor, le das las gracias por todo lo bueno que te dejó (obvio no se lo dices, simplemente lo sientes, de corazón), lo perdonas y te perdonas por el hecho de que no hayan funcionado.
- Duermes tranquila y despiertas, después de días de agobio, sonriente.
- Dejas ir.
Quizá recaigas, quizá stalkees y te cueste trabajo dejar de hacerlo, quizá lo extrañes mucho de nuevo y no puedas evitarlo, y obvio sentirás feo cuando te enteres que él ya está con alguien más, pero durante esos momentos de caos, mantén dos pensamientos en mente: 1. Por algo terminaron, y 2. Tarde o temprano vas a estar bien, todo déjaselo al cliché más bonito del mundo: al tiempo.