Desde hace 50 años, la revista Sports Illustrated publica una edición especial de trajes de baño. En la portada han aparecido Bar Refaeli, Elle Macpherson, Valeria Mazza, Yésica Toscanini y hasta Beyoncé. Quién iba a pensar que Barbie tendría ese mismo privilegio algún día. Una edición de aniversario, una modelo de juguete.
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La revista se pondrá a la venta el 18 de febrero y es probable que algunos caballeros se sientan insatisfechos con la decisión de los editores. Los lectores de la publicación están acostumbrados a ver en ella modelos supersexis, con muy poca ropa y, sobre todo, humanas. Sin embargo, no hay gran diferencia entre esta portada y las anteriores.
Barbie, haciendo gala de su gloria plástica, posa en un traje de baño blanco y negro, el mismo que llevaba cuando debutó en 1959.
Los ejecutivos de Mattel celebran la portada, y dicen:
Barbie es una leyenda por derecho propio, con más de 150 carreras y una marca valuada en 3 mil millones… Como la leyenda que es, y a pesar de las críticas en torno a su cuerpo y su aspecto, el hecho de posar para Sports Illustrated Swimsuit le da a Barbie la oportunidad de demostrar quién es, de celebrar lo que ha logrado, sin remordimientos.
Eso de mencionar los remordimientos suena a culpabilidad. No olvidemos que tanto Barbie como Sports Illustrated son asociadas con una expectativa poco realista en torno al cuerpo femenino. Es lógico que las dos marcas hayan decidido unir esfuerzos.
Además, con una modelo de plástico, fotógrafos y diseñadores seguramente se ahorraron muchas horas de trabajo en Photoshop. Nos queda claro que jamás veremos en la Sport Illustrated otro tipo de mujeres o de propuestas, como las que ya comienzan a aparecer en algunas publicaciones.
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Lo interesante es que la famosa muñeca está siendo situada en el mismo plano que las modelos. ¿Cuál es el sentido de esta portada? ¿Barbie es tan humana y deseable como las mujeres? ¿O se está insinuando que las mujeres son o deberían ser como muñecas de plástico?
¿Creen que exagero o están de acuerdo? ¿Qué lectura le dan ustedes?
Fuente: The New York Times