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El fracking podría dejar sin agua potable a México

El fracking tiene efectos contaminantes al agua, aire y tierra en cada una de las etapas de su proceso.

La anunciada reforma energética en México podría, entre otras cosas, acabar con los recursos acuíferos. Nada me parece más grave que esto ya que hay otras maneras de generar energías renovables pero no hay tantas formas de conseguir agua limpia para el consumo humano.

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En el capítulo de la reforma que se refiere al fracking o extracción del gas pizarra del suelo hay algunos puntos que no son explicados con detalle y que podrían hacer la diferencia entre salvar nuestro ambiente o dañarlo de forma irreversible.

Una de las acciones más peligrosas que conlleva esta actividad es el uso de agua potable. Para fracturar un pozo se requieren de 9 a 29 millones de litros de agua y se tiene proyectado abrir 20 mil pozos al año, las cantidades se elevan entonces de manera descomunal. Para hacer esto, se utilizaría la cantidad de agua que utilizarían de 4.9 y 25.9 millones de personas en un año.

Además, durante la extracción del gas de lutita no sólo se inyecta agua a presión, ésta se mezcla con otros químicos que las empresas no revelan con exactitud amparándose en el secreto industrial. Esto hace aún más riesgosa la práctica pues, en Estado Unidos, se han identificado cerca de 2.500 productos y 750 diferentes químicos en el agua y tierras cercanas a los pozos que se asocian al cáncer, infertilidad, defectos congénitos, entre otras tantas enfermedades.

El desabasto y contaminación del agua pueden llevar a México a una crisis similar a la vivida en los 90 cuando se aprobó la política de sustitución de combustóleo para la generación de energía eléctrica. En vez de éste se comenzó a utilizar gas natural en un ciclo combinado, argumentando que se reducirían los costos de producción y se ahorraría energía, tal como ahora.

Con los años la demanda en el consumo de gas natural aumentó sin procurarse su producción y aprovechamiento por lo que su importación creció considerablemente. Posteriormente no sólo se importó más gas natural, sino que también combustóleo, lo que en principio se quería dejar de producir.

Independientemente de los recursos económicos involucrados, el daño al medio ambiente es uno de los puntos más riesgosos en las decisiones que se tomen. Este 19 de febrero se analizará en San Lázaro las consecuencias que tendría el fracking en México. Ojalá nuestros diputados entiendan que la armonía de nuestro ecosistema es mucho más difícil de recuperar que el dinero.

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La fractura hidráulica para obtención de gas shale compromete contaminantes en cada una de sus etapas. Su extracción, proceso, transporte, almacenaje y distribución genera emisiones de metano, un gas que se libera al aire 30% más que con el gas natural y produce un efecto invernadero 21 veces más fuerte que el dióxido de carbono, además de los problemas que competen al agua.

Por todos estos problemas es indispensable un marco legal que no sólo regule sino que prohíba su práctica como se ha hecho ya en países como Bulgaria y Francia. En Alemania, Italia, Rumania y Suiza ya se han tramitado peticiones para detener esta práctica. Espero que en México se detenga a tiempo y no tengamos que llegar a mayores acciones para parar esta práctica porque una vez que empiece, sabemos que no va a parar.

Fuente: Extraer gas natural pone en riesgo la disponibilidad de agua potable en México (La Jornada)

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