El concepto de feminidad es uno de los más ambiguos y relativos que existen. Parte de un ideal de mujer, un patrón a seguir hasta convertirse en una presión social. Recuerdo una vez salí con un muchacho que me dijo sin el menor disimulo (y de paso me bateó) que no era su tipo, él prefería a la chica de arreglo impecable, la que no dice malas palabras y todo aquello que describe a una digna y delicada princesa.
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A la lejanía, algunos de esos estereotipos de feminidad nos resultan bastante absurdos, que si las nenas deben permanecer calladas, sonrientes, arreglarse para gustar a la pareja, la considerada y que brinda apoyo incondicional, la trabajadora leal, que siempre da una buena cara ante cualquier circunstancia, aparte todos los rituales y artificios de belleza que propician la imagen perfecta.
Cuando hemos superado estas concepciones y dejamos de rompernos las medias por un tema que naturalmente divide opiniones, viene la fotógrafa Juno Calypso para mostrarnos una perspectiva que raya en lo cómico y para ridiculizar las conductas que aún varios consideran como símbolo de feminidad.
Calypso retrata a su alter ego del mismo nombre que las series, “Joyce I” y “Joyce II”, en posición de ama de casa, recepcionista, la muñequita del pastel, la agente de viajes y otros roles de mujeres sumisas (y aburridas). En el estilismo de las fotografías no pueden faltar los objetos clichés acompañados de una obvia paleta de colores pasteles; el plus: la cara de hastío que expresa en los cuadros impecables.
Por mi parte prefiero reírme que enfadarme cada que alguien espera que sigamos siendo esas nenitas y que conciben ese papel como el que mejor nos va . Las imágenes a continuación 🙂
Fuente: Flavorwire
