Los hermanos y productores estadounidenses Beni y Rafi Fine decidieron hacer un experimento con niños entre cinco y trece años. Les mostraron dos propuestas de matrimonio de parejas gay – uno entre hombres y otro entre mujeres. El corazón superó a la lógica por más que traten de imponérselas desde niños.
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De los trece niños que reunieron los hermanos Fine en esta investigación, los que dijeron que ser gay era malo no sabían por qué era así, pero sí que era malo.
Sin embargo, cuando vieron el video en los que un hombre le pedía matrimonio a otro algunos se asombraron. Cuestionándose: “¿Un hombre con otro hombre?”. Rápidamente a ver la felicidad entre la pareja y las emocionantes propuestas, decían que si alguien amaba a otra persona aunque fuese del mismo sexo, deberían poder estar juntos.
Incluso cuando les comentaron que en sólo 14 de 50 estados de EE.UU. es legal el matrimonio homosexual, no podían creerlo: “¡Es una locura!”; “¡No tiene sentido!”; “Te quita libertad”… considerando que es un país que dice luchar y velar por la libertad de todos.
Las reacciones fueron peores cuando supieron que en algunos países podían ir a la cárcel por ser gays o incluso ser sentenciado a muerte. Una de las chicas dijo: “Siento vergüenza de vivir en este mundo”.
A mí también me da vergüenza vivir en un país en el que el matrimonio gay aún no es legal, pero aún más vivir en un mundo en el que ser gay es considerado una epidemia que debe ser erradicada.