Pocos espectáculos son tan crueles y barbáricos como las corridas de toros. Mientras que en decenas de ciudades se ha ido abandonando la práctica (e incluso se ha vetado en YouTube), en México ha logrado salvarse con el pretexto de la “cultura” de la tauromaquia o su impacto económico. Afortunadamente, en el municipio de Durango, en el norte del país, piensan con sensatez y han aprobado la prohibición a las corridas de toros.
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El viernes 8, el alcalde Luis Fernando Galindo se pronunció en contra de esta práctica, a lo que el parlamento local reaccionó con la creación de un reglamento para prohibir esta barbarie en la ciudad, aprobado por unanimidad. La medida se basa en la Ley de Protección y Bienestar Animal de Durango, que si bien no condena las corridas, tampoco las exenta de la aplicación de esta legislación.
En México han existido esfuerzos para la prohibición de las corridas de toros, pero no han rendido frutos. En 2011, los partidos PRI y PVEM presentaron una propuesta para declarar como ilegales estos espectáculos en el Distrito Federal -ciudad donde se encuentra la Plaza México, sede reconocida a nivel mundial de la tauromaquia-, la cual encontró fuerte oposición.
Aunque la moción se aprobó en 2012, nunca se concretó por el rechazo de los empresarios de la tauromaquia.
La excusa fueron los empleos que genera cada función, aunque en realidad, quienes verían afectado su negocio son las ganaderas, las cerveceras, los patrocinadores, entre otros. Para ellos, vale más el dinero que obtienen que el sufrimiento de un toro.
Peor aún, hay un sector que defiende la tauromaquia por tratarse de un patrimonio cultural. Otros incluso dicen que la muerte del toro “lo dignifica”, ya que es un duelo “de igual a igual” entre el animal -que tiene la oportunidad de “demostrar su valía” y el torero-. Las corridas de toros no sólo encierran una práctica sanguinaria y cavernaria; también son fehaciente muestra de las raíces arraigadas de la sociedad machista.
Por lo pronto, bien por Durango, que se suma a las más de 90 ciudades que han decidido marcar un alto a esta crueldad -entre ellas, la emblemática Cataluña-. Ojalá esté próximo el día en que ciudades mexicanas como el Distrito Federal, Puebla y Tlaxcala (reconocidas por ser plazas toreras) den un paso similar y, de una vez por todas, terminen con la atrocidad.
Fuente: Las corridas de toros quedan prohibidas en el municipio de Durango; “son un espectáculo bochornoso”: PAN (Sin Embargo)