No podemos negar que la tecnología ha traído beneficios al cachondeo, pues nos permite estar más en contacto, las palabras llegan al otro de inmediato… y las palabras son poderosas. Eso enviar mensajes sexosos, desde la computadora o desde el móvil, se practica más cada vez, y no sólo entre veniteañeros y adolescentes. Las parejas sacan partido del sexting, se ponen creativas, propician la intimidad más allá de las paredes de la habitación.
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El sexting es ideal para las relaciones a larga distancia, para los largos viajes, para las temporadas de sequía: en verdad se puede llegar a niveles íntimos. Por otra parte, si ambos están en la misma ciudad, los mensajitos eróticos sirven para preparar terreno y calentar motores. Es decir que las ventajas son variadas. Pero ojo, también están las desventajas, y los riesgos que ya conocemos. Piensa en el caso de esas celebridades que quedaron balconeadas por mandar sus fotos en cueros.
Por eso, con el sexting y con todo lo demás, hay que actuar con inteligencia. Porque las cosas pueden ponerse incómodas o hacerse públicas, dejándote avergonzada e intentando reparar tu relación de pareja, o lo que es peor, tu historia individual. Entonces, ¿qué debe y no debe hacerse en términos de sexting?
Lo que sí
- Sé creativa, coquetea, provoca. Siempre he creído que por medio de las palabras una puede mostrarse de la manera más adecuada para cada ocasión. Aprovéchalas lo más que puedas.
- Sé breve. Vale más una respuesta definitiva que un largo mensaje carente de intenciones.
- Ten cuidado. Revisa dos veces el número al que estás enviando el mensaje. O tres, si es necesario. Me ha pasado que termino enseñándole al escote a mi suegra. Mal por mí.
- Practica el sexting con estilo. Nada es tan matapasiones como textos del tipo ola ke ase. La ortografía importa: no es lo mismo mama que mamá, ¿cierto?
Lo que no
- Confundir juego con realidad. No uses el sexting para intentar solucionar problemas de pareja, lo cual sería bastante ruin.
- Jugar a toda hora. No insistas demasiado cuando tu pareja está en el trabajo.
- Cruzar límites incómodos. No hagas sentir incómodo el otro. Si ya sabes qué le gusta y qué no, mantente en esos límites.
- Guardar mensajes. Jamás, y mucho menos si contienen fotos. Por muy buenas intenciones que ambos tengan, ahórrense el riesgo.
Ahora sí, a sextear.