Si tienen cuenta de Instagram y están leyendo este blog, seguro alguna vez compartieron alguna captura de sus deliciosos alimentos o siguen usuarios que expresan su amor a la comida de la misma forma. Bueno, de ahora en adelante, habrá que tener cuidado esta tendencia.
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Un reciente estudio realizado por la Universidad Brigham Young, en Utah, Estados Unidos, revela que ver demasiadas imágenes de ciertos alimentos puede reducir su sabor y hacerlos menos disfrutables. Esto está relacionada con una fuerte estimulación mental al ver las fotografías, lo que afecta a los estímulos sensoriales. En este caso, al sentido del gusto.
En el estudio participaron 232 personas, que se dividieron en dos grupos: uno fue expuesto a fotografías de alimentos salados, el otro sólo a alimentos dulces. Después de la estimulación visual, se les pidió comer cacahuates. Aquellas personas que vieron papas a la francesa, pretzels y frituras disfrutaron menos los cacahuates, en comparación a aquellas que vieron pasteles, trufas y chocolates.
Entonces podemos decir que “comemos con los ojos” al ver estos los deliciosos alimentos. Ese foodporn que nos bombardea hace que nuestro cerebro, de alguna manera, satisfaga la necesidad o el deseo por determinado sabor. Claro, según el estudio.
En mi caso, por más que vea fotografías de pasteles de chocolate, galletas, magdalenas o trufas, siempre los gozaré por igual. ¿O será que no estoy lo suficientemente expuesta al foodporn?
Fuente: News AU
