Como modelo puedo reconocer y asegurarles que prácticamente no existen fotografías en las revistas o campañas publicitarias que no estén editadas por Photoshop. Es impactante y gratificante ver a esa modelo que salió en no sé qué portada y que su cadera no es tan angosta como parece y que mide casi 20 centímetros menos de lo que parece.
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Pero hay una gran diferencia entre el engaño por la magia de los ángulos de las poses a la varita mágica de Photoshop.
Estoy convencida que este programa maravilloso para algun@s, pero el uso tergiversado que le ha dado la industria es el verdadero culpable y asesino de la belleza natural. Peor aún es el culpable de tantos males de la sociedad.
¿Cuántas mujeres y hombres sufren de anorexia o bulimia por la imagen que les siguen vendiendo los medios y la industria de la moda?
Ahora último, la marca Nivea que había sido aplaudida por sus campañas publicitarias que reunían a mujeres de distintos tipos de cuerpo o diversos colores de piel, una de las pocas marcas que vendían la belleza real, se vendió al sistema.
Hoy Nivea es una más de las que pone en peligro la salud mental y física de la sociedad a nivel mundial.
En la última campaña publicitaria de dicha marca, se promocionan cremas anti-edad acompañadas de una mujer de 62 años llamada Cindy Joseph. Sin embargo, no vendieron la misma imagen en todos los países.
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Joseph fue photoshopeada excesivamente en la campaña que intentaron lanzar en el Reino Unido. No obstante, fueron prohibidas por el desmesurado uso de Photoshop para disminuir casi en su totalidad las arrugas de la modelo.
¡Ojalá algún día se prohiba el uso excesivo de Photoshop!
¿Y tú qué opinas?