Comenzar una vida más sana puede ser muy confuso en un principio. Todo mundo tiene una opinión, a cada persona le ha dado resultado algo diferente. Y muy aparte de lo que hayas encontrado que te acomoda, hay algunos hábitos que se ha comprobado ayudan a tu cuerpo y a tu metabolismo.
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Claro, no es magia. Aunque algunos hábitos funcionan mejor que otros para perder peso, y aunque los científicos los avalen, no sirven de mucho si los haces un día, así que ánimo, ninguno de estos es tan complicados y quizás te ayuden a entender porqué otros no han funcionado tan bien.
Ejercicio
Claro, es bastante obvio. Lo que la ciencia ha descubierto es que aún cuando ya terminaste de hacer tu rutina, tu cuerpo sigue quemando calorías, aún cuando ya estás durmiendo. Expliquemos científicamente porqué:
Cuando haces ejercicio, tu cuerpo quema sus carbohidratos disponibles para producir energía. Y los reemplaza en las siguientes 24 horas. Mientras tanto, utiliza tus reservas de grasa para sus funciones básicas: caminar, hablar, incluso dormir.
No te saltes comidas
En especial el desayuno. Cuando te saltas comidas, tu cerebro produce intensas señales de deseo por comidas altas en calorías, en vez de opciones saludables.
Cuando desayunas, mantienes tus niveles de azúcar, hormonas y presión arterial estables. Además de que así, le das un buen comienzo a tu metabolismo para que queme muchas más calorías en el día.
Agrega más proteína a tu dieta
Claro, una cantidad no demasiado exagerada. Lo que sucede con la proteína es que ayuda a que se libere la hormona PYY, la cual suprime el hambre y mantiene la sensación de saciedad más tiempo.
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Agregar un 10% de proteína a tu consumo diario te ayudará a sentir mucha menos hambre.
Consume leche baja en calorías
Ya que contiene calcio, ayuda que otros tipos de grasas “se junten”, creando una sustancia que no puede ser absorbida por el cuerpo. Por lo cual, el cuerpo lo desecha casi tal cual. Una linda masita de grasa y calcio.
Más sopa
Es uno de los secretos mejor guardados para perder peso. Lo que sucede es que cuando comes comida sólida también consumes líquidos, y son fácilmente absorbidos. O sea, que ese vaso con agua con el que acompañas tu comida se esfuma rápido. Lo cual hace que tu estómago se sienta menos lleno y tengas esa sensación de hambre más rápido.
Mientras que si tomas esos alimentos y líquidos y los fundes en una sola masa, como en una sopa, serán absorbidos de manera mucho más lenta, por lo que esa sensación de estar satisfecho se prolongará. Y probablemente aplique también a los licuados. Así que ya lo saben, si quieren perder peso muchas sopas y licuados.
Lleva un diario de comida
Los estudios demuestran que las personas que documentan su consumo de calorías, tienen una mejoría mucho más drástica que aquellos que no lo hacen. Lo que es más, conoces más sobre la comida. Un ejemplo claro es que vas a tomar decisiones informadas. Por ejemplo, entre ese café americano que tiene sólo 10 calorías y ese cappuccino que tiene 100. Puede que de cualquier manera elijas el de 100, pero busques maneras de compensarlo, ¿no?
Además, con el tiempo aprenderás a nivelar tus comidas de tal manera que podrás comer más, consumiendo menos calorías.
Elige platos más pequeños
Puede sonar increíblemente trivial, pero ayuda bastante, porque a nuestro cerebro le cuesta mucho trabajo rechazar la comida que tiene en frente. Aún cuando nos sentimos llenos. Pero cambiar tu plato de 12 pulgadas, por uno de 10,reduce la cantidad que comemos hasta en un 22%.
Más horas de sueño y menos de estrés
Si duermes menos de lo que debes y tienes mucho más estrés, tus niveles de tu apetito se van a disparar. Lo cual te hará muy difícil bajar de peso. Así que duerman lo suficiente y traten de alejar ese estrés.
Fuente: ASAP Science
Foto: (CC) Hang_in_There | Flickr
