Nunca falla que cuando uno va cansado después de un largo día de trabajo o después de no haber dormido toda la noche estudiando para esa prueba de la universidad, encuentras un único asiento libre en el bus camino a tu casa.
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Parece ser un milagro, pero justo en el siguiente paradero se sube una señora que con la mirada te dice “¡párate, carajo, respeto a tus mayores!”.
Con mucho odio, te pones de pie, mientras ves a cuanto hombre sentado con las piernas abiertas que ni se inmuta por la situación.
Alguna vez existieron caballeros que te abrían las puertas y que le daban el asiento a todas las mujeres sin importar la edad.
Sin embargo, ¡al ver este Tumblr no tengo duda que están en peligro de extinción!