El brillante plumaje de los flamencos, por ejemplo, no sería posible si estas aves no estuvieran sujetas a una alimentación especial. Tampoco peces como el salmón y koi (Cyprinus carpio). La comida correcta incluso puede “teñir” humanos, particularmente los bebés.
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Los flamencos obtienen ese bello color rosa gracias a una dieta consistente de camarones y algas verde-azul, ricas en carotenoides , pigmento típico de las plantas y otros organismos fotosintéticos.
Los animales no son capaces de sintetizar carotenoides, por lo tanto los obtienen de sus comidas y se tiñen de acuerdo a lo que eligen. El hígado rompe estos pigmentos, separando -en este caso- el verde del azul, convirtiéndolos en naranja y rosado. En los flamencos estos colores pasan a las plumas, aunque en cautiverio, estas aves necesitan suplementos, especialmente cuando cambian su plumaje.
Además de las aves, otros animales que adquieren color según su alimentación son los peces. Los Koi, de color dorado y rojo, a menudo reciben alimentos enriquecidos con carotenoides. A pesar de que algo obtienen de las algas, la mayoría de sus dueños les da este tipo de alimento para aumentar el brillo de sus escamas. De todas formas es una apuesta riesgosa: demasiados carotenoides pueden volver al pez amarillo. Con el salmón ocurre algo similar. En la naturaleza obtiene su color de algas y camarones. En las granjas de cultivo, estos peces tienen su carne gris a menos que reciban carotenoides.
Luego estos pigmentos, como el beta-caroteno, pasan a los humanos, que los transforman en vitamina A. Un exceso de carotenoides en los humanos provoca una condición conocida como carotenosis (carotenaemia), en especial en los bebés, cuyos padres a veces pueden exagerar en las zanahorias, papas y brócoli, conocidos como alimentos saludables.
Fuente: How food can change the color of birds, fish, and even humans (io9)