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Cómo elegir un buen tequila

Si quieres comprar un buen tequila, hay algunos consejos infalibles a seguir. Tanto para comprarlo como para saborearlo adecuadamente y disfrutar de cada uno de los delicados toques que conviven en esta bebida.

El tequila es una de las bebidas de origen mexicano que son más conocidas en el mundo. Es una bebida fuerte y para valientes, como su primo el mezcal. Y aunque sea una bebida un poco fuerte, tiene sus características que es necesario conocer y disfrutar. De lo contrario terminaremos haciendo los famosos “shots” de siempre, y nos quedaríamos sin conocer su verdadero sabor. Que no es el caso, porque aunque es fuerte, es también una bebida para saborear y conocer.

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Tipos de tequila

Si bien no existen tantas variedades como en el caso del vino, el tequila puede ser adquirido de distintas formas y esto depende de su tiempo de añejamiento, y claro se debe elegir según el sabor que se busca.

Blanco: El tequila que no tiene ningún tipo de añejamiento. Después de la elaboración se envasa. Tiene un sabor más dulce que se identifica como agave cocido.

Reposado: Lleva un añejamiento de 6 a 9 meses en barricas de roble blanco. Tiene un sabor más especiado y es un poco más fuerte que el blanco.

Añejo: Tiene de 1 a 5 años de reposo en barricas de roble blanco antes de ser embotellado. Su sabor es más fuerte y tiene más notas de madera. De los tipos de tequilas es el más codiciado.

Cómo se compra un tequila

Antes de comprar tu tequila es importante verificar que la etiqueta diga 100% agave. En el mercado hay versiones mixtas con caña de azúcar, pero no son las más recomendables porque dan resaca y no sientes el verdadero sabor del tequila.

Si lo que buscas es un tequila más suave, búscalo añejo, que es más suave que uno reposado. Pero en realidad, para conocer bien sus diferencias, necesitas probar sus tres variedades y descubrir cuál es el que más te agrada.

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Cómo se prueba el destilado de agave

También así se le conoce al tequila y tal como sucede con el vino, lleva un proceso para catarse.

Cabe recalcar aquí, que el tequila se cata en una copa ancha y no en el famoso “caballito”, el pequeño vaso tradicional con el cual se sirve en bares, restaurantes y hasta en el hogar.

Primero se observa el color y el cuerpo. El cuerpo es la viscosidad que tiene el tequila. La puedes ver moviendo un poco la copa y viendo el líquido que queda adherido a la misma. Entre más viscosidad, más agave y significa que el tequila estuvo más tiempo en la barrica.

Después viene el aroma. Es importante elegir de qué costado se va a percibir el tequila. Depende de qué hemisferio del cerebro predomina: o sea, si eres derecho o zurdo. Se huele en el centro de la copa y ahí se arrojan los aromas de la madera, las vainillas, frutales y de paja.

Sigue saborear el destilado de agave. Primero se inhala y se mantiene el aire en los pulmones, según el maestro tequilero Luis Daniel Limón. Entonces se le da un trago de alrededor de una cucharada y se mantiene en la boca durante unos 8-10 segundos y ahí se mantiene mientras recorre toda la lengua y toda la cavidad. Después se traga y se exhala el aire que se tomó antes. Es un proceso un tanto complejo y se logra con la práctica.

De hacerlo así, después de tragarlo regresan los aromas del tequila y sus sabores. Podrás tener una experiencia más completa del mismo.

Como con otras bebidas, hace falta entrenar los sentidos para poder distinguir todo lo que involucra un buen tequila. Algunos chefs recomiendan comenzar oliendo lo que encuentren en su alacena y especiero para tener una nariz un poco más adaptada a percibir mejor los aromas, y que no sientan sólo el fuerte olor a alcohol.

De cualquier forma una vez que los prueben todos, no se olviden de comentarnos cuál es su variedad preferida. ¡Salud!

Fuente: univisión y Terra.
Foto: Nickspe

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