¿Prestar el sillón? Esa fue mi reacción cuando hace un par de años me enteré de esta experiencia, gracias a una buena amiga que ya llevaba un tiempo participando de la iniciativa.
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Se trata de Couchsurfing, un método que permite conectar a viajeros de todo el mundo, en una especia de red social, donde puedes intercambiar datos de hospedaje, organizar paseos o circuitos por la ciudad, conocer gente, aprender idiomas, etc.
El objetivo de Couchsurfing es “prestar el sillón” a un viajero. Es un sistema de hospitalidad donde tú alojas a un extranjero para que luego, cuando te toque viajar, hagan lo mismo contigo.
Una forma entretenida y fácil de ahorrar dinero, sobre todo para aquellos que buscan recorrer el mundo por poco dinero y, por qué no, conocer nuevas amistades.
A modo personal, les puedo contar que hace sólo dos días tuve mi primera experiencia de “prestar el sillón”, aunque en mi caso no fue tan literal, puesto que contaba con camas disponibles para alojar a una pareja de ingleses, que se transformaron en mis primeros “couchsurfing”.
La experiencia fue toda una aventura, partiendo porque ellos hablaban muy poco español y porque yo hablo la nada misma de inglés. Así que entre señas y frases al estilo tarzán, nos fuimos comunicando. Lo bueno de todo es que aprendí mucho de ellos, compartimos experiencias de vida, salimos a comer y hasta me sorprendieron con un rico desayuno inglés, preparado por sus propias manos.
Para todas las que estén interesadas en conocer esta iniciativa, pueden ingresar a la página oficial, donde más de 4 millones de usuarios, repartidos por todo el mundo, conversan y entablan amistades en torno a un sillón.