La rubia más codiciada de Hollywood, Marilyn Monroe es hasta hoy considerada como una de las mujeres más atractivas de la historia del séptimo arte, sin embargo sus explosivos y fatales encantos, la condicionaron artística y emocionalmente, obligándola a proyectar una imagen seductora y superficial que encubría su personalidad real, una mujer sensible e inestable emocionalmente.
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Una guerra interna entre un mundo de estereotipos y el de su esencia, hacía que, en momentos de desahogo, soltara frases como éstas:
1. Soy egoísta, impaciente y un poco insegura. Cometo errores, pierdo el control y a veces soy difícil de lidiar. Pero si no puedes lidiar conmigo en mi peor momento, definitivamente no me mereces en el mejor.
9. El sexo forma parte de la naturaleza. Y yo me llevo de maravilla con la naturaleza.
17. Nunca he dejado a nadie en quien haya creído.
25. La felicidad está dentro de uno, no al lado de nadie.