No, nos hemos vueltos locos ni hemos inventado algo que no existía. Se trata simplemente de un cambio en la legislación relativa a la caducidad de los yogures. Y es que ley establecía que los yogures tienen una caducidad de 28 días desde el momento de su elaboración. Pero desde el 29 de marzo en el que se derogó la norma las empresas son las que decidirán la fecha de consumo preferente.
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El consumo preferente es la fecha según la cual un alimento pierde propiedades: color, sabor, aroma. Pero sigue siendo seguro para el consumidor si lo consume después de esa fecha.Los fabricantes de yogures disconformes con la medida proponen establecer una caducidad superior de los 28 a 35 días.
Detrás de la medida hay una razón de economía, además de adaptar la legislación española a la comunitaria. Pero sobre todo la razón es la de evitar desperdicio de alimentos. Ya que es un producto de un consumo muy alto, un producto básico, y con una caducidad muy corta.
Vía EL País