Yo sé que ya hemos hablado mucho sobre el tema, y que muchos hombres difieren, y que otros me han recomendado ir a terapia porque he retomado el tema en varias ocasiones.
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Pero la realidad es que, si lo hemos retomado es porque aún sucede mucho y como peatona certificada, me sucede seguido y creo que sigue siendo nuestra responsabilidad informar y hacer que vaya desapareciendo.
Aquí hay diez mitos que nos llegan a través de una organización internacional para detener el acoso sexual en la calle, ihollaback que tiene sede en muchos lugares del mundo. Nosotras vamos a abordar los puntos con su información, pero también de acuerdo a los comentarios que hemos recibido cuando tratamos el tema:
Mito #1. El acoso en las calles es derecho de expresión.
No exactamente. En términos legales el acoso se considera abuso sexual en muchos lugares.
La Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en el Distrito Federal se detalla como Violencia Sexual a “Toda acción u omisión que amenaza, pone en riesgo o lesiona la libertad, seguridad, integridad y desarrollo psicosexual de la mujer, como miradas o palabras lascivas, hostigamiento, prácticas sexuales no voluntarias, acoso, violación, explotación sexual comercial, trata de personas para la explotación sexual o el uso denigrante de la imagen de la mujer”.
Y en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia como “cualquier acto que degrada o daña el cuerpo y/o la sexualidad de la Víctima y que por tanto atenta contra su libertad, dignidad e integridad física. Es una expresión de abuso de poder que implica la supremacía masculina sobre la mujer, al denigrarla y concebirla como objeto e incluye cualquiera de las formas análogas que lesionen o sean susceptibles de dañar la dignidad, integridad o libertad de las mujeres.” Es importante recalcar que la violencia de género no necesariamente implica que el acosador tenga contacto físico con la víctima.
Mito #2. El acoso en las calles es “algo cultural”.
El relativismo cultural es tan dañino aquí como en China. Y el acoso sucede en TODOS los países del mundo, no es algo “cultural”.
El acoso va más allá del color piel, ingresos o lugar donde habitamos. Tiene que ver con una cultura internacional donde el acoso con base de género simplemente se tolera. Puede que sea algo cultural en común a todos los países del mundo.
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Mito #3. Es solamente un halago, piropeo inocente.
Aquí es donde se centran las discusiones, que creo, podemos aclarar, ambas partes. Puede que algunos hombres quieran un par de consejos para no ofender a las mujeres y sin embargo poder tener una conversación con ellas en la calle, ¿Les parece?
Si un hombre se acerca a una mujer de manera educada, le hace plática y, si es rechazado respeta los deseos de la mujer a la que se acercó; entonces eso no es acoso.El acoso en las calles sucede cuando las palabras o acciones son de manera obvia no requeridas y sin consentimiento. Son forzadas. Son denigrantes. Son iniciadas por un sentido de derecho y profunda falta de respeto por las/los demás.
Los acosadores no buscan halagar o crear relaciones de beneficio mutuo; buscan intimidar y molestar a los otros. Recurren a insultos, hostigamiento, amenazas o actos de violencia cuando se les dice que se alejen o que se detengan.
Si esperas ligar, hay muchas formas de hacerlo sin provocar desconfianza. Puedes comentar sobre alguna experiencia compartida como, “Este café está buenísimo”, libros interesantes, “Este todavía no lo he leído, está bueno?”, accesorios lindos, o eventos del día que son cosas que pueden ser agradables.
A los hombres amables: Quizás tú no creaste este mundo donde se acosa en las calles, pero si vives en él. Y el objeto de tu afecto también ha sido socializada/o dentro de éste. Así que si alguien responde a tu ligue con dudas o incluso un tono grosero, no te lo tomes personal. Por eso a algunas no nos gustan ni los halagos más “inocentes”, ¿les parecen pocas razones para desconfiar?.
Sólo discúlpate, aléjate y recuerda que de acuerdo a un estudio creado por Holly Kearl, el 80% de 811 mujeres entrevistadas dijeron que constantemente tienen que mantenerse alertas cuando caminan por las calles.
50% que tienen que cruzar la calle y buscar rutas alternas hasta sus destinos. El 45% que sienten que no pueden ir solas a lugares públicos y el 26% que mienten sobre tener pareja para que los acosadores las dejen en paz. El 19% que ha tenido que cambiar de trabajo solo para evitar la zona donde han sido acosadas. Así que el rechazo te enoja, no culpes a las mujeres y haz la diferencia, actúa.
Mito #4 “Así son los hombres, acéptenlo”
En realidad no. El movimiento de Atrévete/Hollaback de donde sacamos esta información, fue fundado por tres hombres (y cuatro mujeres), un tercio de la mesa directiva está conformada por hombres y la mitad de los donantes también.
Cabe mencionar que, la mayoría de los hombres NO acosan. Pero sucede que los que si lo hacen, lo comunican bastante bien. El respeto, al final de cuentas no es un concepto masculino ni femenino. Es un concepto humano.
Mito #5. No pasa nada mientras el acosador esté guapo o bueno’.
En este punto también nos han llegado algunos desacuerdos. No importa cuán guapo estés, escuchar cosas como “Estás bien rica yo si te daba,”, “Si fuera plomero te destaparía el agujero” ó sentir un arrimón por parte de extraños siempre va a ser atemorizante. Después de todo, una cara bonita no compensa la falta de respeto y el hostigamiento.
Mito #6. Nosotras secretamente disfrutamos del acoso.
Si lo disfrutáramos no sería acoso o ¿sí? En los estudios de Holly Kearl se demostró que las mujeres no tienen problema con saludos, halágos y gestos neutrales. Una vez que las cosas se tornaron hacia discusiones de atributos físicos, estos si fueron vistos como denigrantes si no es que amenazantes.
Para quienes experimentan acoso cotidianamente o tienen historial de abuso sexual, el acoso en las calles puede sentirse como algo más fuerte y traumatizante.
Mito #7 Mira lo que traía puesto! Si te acosan es porque tú te lo has ganado.
Debido a que el acoso en las calles sucede en todo el mundo- desde los países que tienen códigos de vestir estrictos, hasta en los que hace demasiado frío para usar ropa reveladora- realmente no se puede culpar el acoso a lo que una persona trae puesto.
Los estudios y las miles de historias compartidas en los blogs de esta organización demuestran que no importa si traes puesta una chamarra gorda o una burqa, el acoso igualmente sucede. Esto es porque el acoso no tiene que ver con sexo, tiene que ver con las relaciones de poder.
Nosotras creemos que te debes de sentir segura, incluso sexy al transitar las calles y que el acoso jamás, jamás será culpa de la mujer.
Mito #8. El acoso en las calles sólo les sucede a las jovenes y guapas.
Como se menciona en el punto anterior, el acoso no tiene que ver solo con el sexo, sino con las relaciones de poder. Si el acoso en las calles se tratara de conseguir citas, sería como describe Marty Langlan “una estrategia espectacularmente ineficiente”.
En cambio, el acoso en las calles intenta poner a las personas “en su lugar”. A veces es sexual, a veces tiene que ver con la raza, a veces es homofóbico, y puede llegar a ser todo lo anterior. Si te han acosado, comparte tu historia.
El acoso en las calles le sucede a todo tipo de personas. TODO TIPO. Quizás no siempre tenga una conotación sexual- aunque este movimiento fue inspirado por ese tipo de acciones y comentarios-pero le puede pasar a cualquier persona, a cualquier hora y en cualquier lugar.
Mito #9. Cualquiera que se queje del acoso en las calles es una odia hombres/ quema brassieres/ psicofeminazi/ que odia la libertad de expresión/que necesita un hombre/le falta de sexo/ o es fea. (Lo han pensado, o ¿no?)
La gente que sufre de acoso pertenece a todas naciones, razas, edades, religiones, posiciones políticas, estatus de relación, niveles académicos, tamaños, orientaciones sexuales, identidades de género, tamaños, capacidades, niveles socioeconómicos…etcétera y etcétera.
Para ser honestos una de las cosas que muchas personas tienen en común es el hecho de que les desagrada el acoso en las calles en cualquiera de sus múltiples y horribles formas. La mayoría queremos ver una sociedad global mas segura y equitativa, queremos vivir nuestras vidas sin sucumbir al miedo.
Mito #10. Mientras no sea violento, no hace daño.
El abuso sexual existe dentro de un margen que va desde el abuso verbal hasta la violación. Nadie sugiere que el acoso verbal con connotación sexual y la violación sean términos intercambiables. Sin embargo, los incidentes no violentos de acoso en las calles pueden causar daños mentales y emocionales considerables.
Para quienes han sido víctimas de hostigamiento, violación u otras formas de violencia sexual y explotación, hasta un comentario aparentemente “inofensivo” puede desencadenar desde recuerdos traumáticos hasta ataques de pánico. Dependiendo de la persona, la recuperación de estos episodios puede tomar horas o incluso días. Existen acciones y comentarios que no dejan cicatrices físicas pero pueden afectar a quienes los reciben de muchas otras maneras.
Incluso quienes no han sufrido violencia sexual en el pasado pueden percibir el acoso sexual verbal como algo traumatizante. Muchas mujeres y hombres quienes tienen que lidiar con este tipo de comentarios diaria o semanalmente pueden encontrarse con que estas emociones se acumulan con el tiempo. El hecho de que ciertos comentarios no les provoquen recuerdos traumáticos no significa que internalizar su frustración sea un hábito saludable.
Ojalá con la aclaración sobre estos mitos podamos estar más de acuerdo y luchar para erradicar, juntos mujeres y hombres, este tipo de problemas sociales.