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10 millones de árboles consumió la campaña electoral presidencial en Venezuela

A continuación se presentan algunas ideas que lejos de verse como algo descabelladas, pudieran ser reales soluciones si está de por medio hacer del espacio en que vivimos un mundo mejor.

En Venezuela, según los técnicos de la ONG Azul Ambientalistas, el equivalente a no menos de 10 millones de árboles habrán sido consumidos durante la campaña para las elecciones presidenciales, que cierra el 7 de Octubre del 2012.

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Plantean los ambientalistas, que a lo largo y ancho de los 335 municipios de país, durante estos tres meses de campaña oficial,  en la contienda electoral  se utilizaron unas 700 mil toneladas de papel y/o productos derivados, dedicadas para hacer hojas volantes, panfletos, comunicados, encartados publicitarios, nuevos periódicos electorales, libros, afiches, calcomanías, papelillos, entre otros,  que equivaldrían a desforestar a un bosque de 600 km2.

Así mismo, para producir estas toneladas de madera procesada fue necesario usar en agua potable y energía eléctrica (kw/h) el equivalente al consumo de una ciudad de 1,5 millones de habitantes durante un año.

A continuación se presentan algunas ideas que lejos de verse como algo  descabelladas, pudieran ser reales soluciones  si está de por medio hacer del espacio en que vivimos un mundo mejor.

Una manera de frenar esta desforestación indirecta inducida por el sobreconsumo que generan las campañas electorales, seria solicitarle al Consejo Nacional Electoral, que le exija a los partidos que postulan candidatos, que así como consignan un numero de firmas para abalar esas candidaturas igual se muestre evidencia de una siembra de árboles equivalentes a las firmas llevadas.   O que sencillamente, se comprometan a sembrar tantos arboles como votos saquen.  La consigna pudiera ser: “Un árbol por cada voto”.

En cada parroquia o municipio se deben sembrar tantos arboles como voto saque en esa localidad los partidos políticos y que esa condición sea permanente y obligatoria,  si desean mantenerse en el sistema electoral del país, todo esto en un plazo no mayor de lo que fue el tiempo de la campaña electoral.

También,  el  Consejo Electoral Nacional pudiera dar los lineamientos sobre qué tipo de arboles debiesen sembrase durante el desarrollo de  la campaña política según la condición geográfica.

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Esta iniciativa estimularía la creación de más de 10 mil ecoempresas de viveros en todo el país.  Aquí la consigna seria: “Tu voto siembra arboles y da empleo”.

El tema central de esta reflexión es plantearnos si podemos hacer de una campaña despilfarradora de papel,  derivados,  agua potable, energías y pasiones,  en algo más positivo y constructivo, que el stress emocional conque sometemos a la población para convencerla de apoyar a un candidato u otro.

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