Hace años que el conflicto de la Araucanía (en el sur de Chile) se les fue de las manos a las autoridades chilenas. Son cientos de personas que se enfrentan diariamente por una pelea ancestral en la que nadie quiere dar su brazo a torcer, las mesas de discusión no funcionan y la violencia no para.
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Sin embargo, hasta ahí todo el loable porque estamos hablando de personas adultas que toman sus propias decisiones y si se quieren morir luchando por una causa es bajo su propia responsabilidad. El problema es que hoy medio Chile vio las fotos de dos los niños mapuches que resultaron heridos por disparos de perdigones propinados por Carabineros en medio de un desalojo que se realizó frente al Hospital de Collipulli, en la Región de La Araucanía.
¿Cuánto más tiene que ocurrir para que estos hechos dejen de suceder? Lo peor es que sea la propia policía la que infringe los derechos de los niños con este nivel de violencia contra Fernanda Marillán (12 años), Fabián Llanca (16 años) y otras tres niñas. Según comentó a Werken.cl el vocero de la Alianza Territorial Mapuche, Mijael Carbone, “la Policía disparó contra los mapuche “a pocos metros” de distancia, hiriendo a los dos menores y otros adultos”. Si es que las cosas pasaron de esta manera los efectivos podrían haber distinguido entre niños y adultos, con esto no estoy avalando la violencia contra los mayores de edad, sino que por lo menos no deberían haber disparado en ese lugar. ¿Mínimo no?
El dirigente mapuche además, agregó que los pequeños sufrieron “todo tipo de vejaciones, golpes y acoso sexual por parte de los Carabineros”, a lo que agregó que “Estos graves hechos demuestran la irracionalidad del Gobierno y seguramente provocarán reacciones en otros territorios mapuche”.
Es realmente indignante lo que está pasando en la Araucanía chilena y el nivel de violencia y vejámenes con el que se está tratando a las personas, especialmente niños. Sobre este mismo tema la Unicef manifestó un “enérgico rechazo y condena” por los hechos ocurridos.
Me imagino que la policía tiene cierto grado de instrucción para utilizar un arma, entonces me parece indignante que con ellas alcancen a niños sin cuidado alguno. Ya es tiempo que la ciudadanía alce la voz y exija a todos los actores de este conflicto proteger a los menores de edad.
Fuentes: Cooperativa, El Dínamo.