Este domingo medio Chile quedó impactado por el robo de un bebé recién nacido desde el Hospital San Borja Arriarán. Ayer finalmente la pequeña Constanza fue encontrada y su captora detenida por la Policía de Investigaciones.
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Ya devuelta la pequeña a sus padres salió el móvil de la mujer para realizar este delito, según alegó en la formalización de cargos en el Centro de Justicia de Santiago todo lo habría planeado por amor. Si por amor.
Lupe Carbonell quería recuperar a un hombre con el cual había tenido una relación amorosa en su país de origen, Perú. Lupe esperaba volver con su amor inventando un embarazo que luego tendría a Constanza como coartada.
Cuando me enteré de esto me puse a pensar en todo lo que estamos dispuestas a hacer las mujeres por amor, obviamente jamás algo como lo que hizo Lupe, pero podemos mentir, engañar, soportar malos tratos e incluso simular un embarazo para que ese hombre que amamos se quede a nuestro lado. Pero en ese momento me doy cuenta que esto raya en la obsesión.
¿Cuándo y cómo podemos discernir si lo que sentimos es amor o cuando es obsesión? Según Jorge Castelló, psicólogo y autor del libro “Dependencia emocional”, “el amor se convierte en obsesión cuando la otra persona ocupa el lugar más importante y casi el único en la escala de prioridades del sujeto”.
Castelló comenta que “algo muy llamativo de estas personas, que puede ser también indicativo de este componente adictivo en la relación, es la necesidad de acceso constante del dependiente emocional hacia su pareja, intentando hacer todo tipo de actividades con la otra persona, llamando continuamente y controlándola a través de los mensajes de móvil, los que se interpreta como un acto de comprobación de que la pareja ‘sigue ahí’, como unida con un cordón umbilical imaginario”.
Es interesante esta mirada ya que la independencia es lo que nos permite darnos cuenta si lo que sentimos es amor profundo o una obsesión que debe ser tratada.
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Esto nos ocurre a mujeres y hombres, sin embargo, “concretamente, el 10,8% de las féminas y el 8,7% de los varones son dependientes emocionales” asegura María de la Villa Moral, profesora de psicología social de la Universidad de Oviedo, en el sitio web consumer.es.
En el mismo sitio nos entregan una lista de rasgos comunes entre quienes tienen obsesiones amorosas. Revísala y descubre qué es lo que estás viviendo:
- Necesitan excesivamente la aprobación de los demás y caerles bien.
- Sienten una baja autoestima, debido a que han sufrido relaciones afectivas insatisfactorias a lo largo de su vida.
- Sitúan a la pareja en el primer lugar de su vida, con muchísima diferencia.
- Se ilusionan y fantasean enormemente al comienzo de una relación o con la aparición de una persona que creen interesante.
- Suelen adoptar posiciones subordinadas en las relaciones.
- La ruptura les supone un auténtico trauma, pero sus deseos de tener una relación son tan grandes que buscan pronto a otra persona.
- No siempre son selectivos porque les urge tener una pareja.
- Buscan una posición dominante en la pareja.
Fuente: “Obsesión por la pareja” (consumer.es)