La capa de hielo que cubre el mar Ártico se resquebraja cada día un poco más y libera cantidades masivas de metano, un gas de efecto invernadero, a la atmósfera desde las frías aguas del norte. Altas concentraciones de metano se han registrado en el aire por encima de las grietas en el hielo, en lo que podría ser otra consecuencia del cambio climático, que incluso podría ayudar a acelerarlo.
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El Ártico es el hogar de vastas reservas de este gas, con miles de millones de toneladas tan sólo en el permafrost -la capa de hielo permanentemente congelada en los niveles superficiales del suelo de las regiones muy frías. Este potente gas de efecto invernadero también se encuentra en los cristales de hielo llamados hidratos, justo por debajo de los mares poco profundos que inundan ciertas áreas de la corteza continental, y en los humedales del Ártico.
A pesar de esto, un grupo de científicos aún no se explica cómo se encontraron manchas de metano en regiones remotas del Océano Ártico, lejos de cualquiera de estas fuentes conocidas de metano. Según estimaciones de Eric Kort, científico de Pasadena, California, y quien descubrió estas zonas de metano en una misión de exploración en 2009-2010, en las regiones ricas en metano, alrededor de dos miligramos del gas por metro cuadrado de océano se liberan diariamente a la atmósfera.
¿De dónde viene todo este gas?
Desde 1970, los científicos han sabido que las aguas superficiales de los océanos son ricas en metano. Al parecer es producido por bacterias marinas que tratan de sobrevivir en aguas que no poseen muchos nutrientes en forma de nitratos. Kort señala que esta es posiblemente la mejor explicación para lo que han observado.
El agua en el Océano Ártico no se mezcla muy bien, por lo que el agua superficial tiene a permanecer ahí. Como consecuencia de esto, el metano termina atrapado cerca de la superficie. En otros océanos, este gas se rompe producto de la reacción con oxígeno o bien es consumido por organismos metanotrófos.
Los investigadores sólo vieron metano cerca de las grietas en el hielo del mar o bien en lugares donde el hielo se había roto. Esto se podría deber a que el gas sólo escapa cuando el agua se agita, indicó Ellen Damm, del Alfred Wegener Institute foro Polar and Marine Research en Bremerhaven, Alemania.
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Estos hallazgos y la futura investigación deberán responder una gran interrogante: ¿Qué tan significativo es este nuevo efecto sobre el calentamiento global?
Fuente: Arctic methane leaks threaten climate (NewScientist)