Cuando caminaba por Avenida Providencia -en Santiago de Chile- pensaba en un prejuicio que hace días rondaba mi cabeza con respecto a esta nueva salchichería ubicada en calle Los Leones. Sucede que, para mí, una buena salchicha (o chorizo, longanicilla o butifarra) no necesita más que un pan y -cuando mucho- una pequeña dosis de alguna buena mostaza para ser disfrutada y apreciada en su totalidad. Entonces, esto que prometía Hogs: salchichas de calidad -de distintos tipos de carne y con buenos aliños- metidas en un pan junto a ingredientes como mayonesa, palta, queso o salsa verde me parecían algo excesivo y al mismo tiempo contradictorio. ¿Se entiende mi prejuicio?
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Para quienes leen este post desde fuera de Chile, debo contarles que acá los hot dogs se hacen llamar “completos” y además del pan y la salchicha pueden llevar una infinidad de ingredientes, tales como tomate, lechuga, ají verde, cebolla, palta, mayones, huevo y un largo etcétera. Y créanme, son muy ricos. Aunque claro, las salchichas que se usan para nuestros “completos” suelen ser muy suaves (casi insípidas), lo que funciona bastante bien en este caso, porque le dejan un total protagonismo a los ingredientes con los que -valga la redundancia- se completan nuestros “completos”.
Aclarado mi prejuicio y explicado un poco las peculiaridades de los hot dogs chilenos, vuelvo a lo que nos convoca: Hogs. Lo primero que probé en este lugar fue una salchicha Frank (que mezcla carne de vacuno y de cerdo), en un clásico -y muy bueno- pan de hot dog, en la modalidad que ellos llaman “francesa”. Es decir, con queso fundido, champiñones salteados y cebolla caramelizada. ¿El resultado? Muy bueno, sobre todo si se corona este bocado con algo de mostaza fuerte. Todos los ingredientes se dan muy bien en conjunto, desde la salchicha hasta la cebolla, que le agrega un toque dulce que se mantiene a raya con los champiñones y el queso. ¿Alguna falla? A mi juicio, ninguna, pero estoy seguro que sin el queso fundido y con mayor cantidad de cebolla la experiencia debe ser aún mejor.
Ahora, la salchicha es un tema aparte. Debo reconocer que -guiado por el prejuicio que les indiqué al inicio de esta nota- cuando llegó mi salchicha “francesa” me di mañana para probar justo el pedazo de embutido que asomaba por uno de los extremos del pan y que estaba solo, sin agregado alguno. Lo que yo pensaba era que la mejor forma disfrutar la salchicha era así, sola. Para mi sorpresa, la Frank tenía un sabor muy suave, casi soso. Sin embargo, al segundo mordisco -esta vez con todo lo demás incluido- me di cuenta que la mezcla era muchísimo mejor que la salchicha sola. ¿Sería esto algo pensado o simple coincidencia? No, todo estaba calculado. Y así me lo confirmó uno de los dueños de Hogs, quien me contó que habían decidido dejar con menos aliño de lo normal sus salchichas, sobre todo con mucha menos sal que lo normal, para que así la potencia del embutido no opacara el resto de los ingredientes de estos “completos”. Y hay que decirlo, la estrategia funciona muy bien.
Otras salchichas que pudimos probar ese día fue la de jabalí y la de cordero. Esta última, lejos la mejor, distinta a cualquier embutido que se pueda encontrar en el mercado chileno. También nos contaron que tienen una salchicha hecha con carne de pavo y que -salvo ésta- todas las salchichas se hacen con tripa de cordero. Además, todos los embutidos que se venden en Hogs son hechos de manera artesanal en el subterráneo del local, a lo que hay que agregar que uno de los socios de este negocio se pasó tres meses trabajando -y aprendiendo el oficio- en la carnicería neoyorquina The Meat Hook. O sea, aquí hay un claro afán por hacer las cosas bien, respetar los ingredientes y ponerle cariño a lo que se prepara.
Por todo esto, si vive o está de paso en la capital chilena, no deje de visitar Hogs.
Avenida Los Leones 40, Providencia, Santiago
Teléfono 3354593
