Anualmente en Chile el Presidente de la República hace sus anuncios para el año venidero y da un balance de su gestión cada 21 de mayo en el Congreso Nacional, en Valparaíso. Una tradición republicana que se junta con la conmemoración del Combate Naval de Iquique.
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La tercera cuenta pública de Sebastián Piñera consistió en narrar lo hecho hasta ahora y realizar anuncios que se proyectan para lo que queda de su gobierno. Como es también tradición, muchos manifestantes se volcaron a las calles en Valparaíso donde el mandatario realiza este rito, con pancartas referentes principalmente a la oposición a HidroAysén, demostrando el compromiso de la sociedad con el medio ambiente.
En estas materias, hay varias cosas que mencionar, algunas de ellas figurando un panorama no demasiado alentador. Lo que a simple vista pudiesen ser buenos anuncios, podrían no serlo demasiado tomando en cuenta estudios internacionales tan recientes como “Planeta Vivo 2012”.
El discurso presidencial mencionó que “Las exportaciones han crecido más del 40% en los últimos dos años, pasando de U$ 55 mil MM el 2009 a 81 mil MM el 2011”. Más allá de las estupendas ganancias, extraña que continuaremos echando mano a los recursos naturales, muchas veces sin suficientes planes de mitigación.
“El 2011, el sector agrícola y forestal creció a más del 11%, casi duplicando el crecimiento promedio del país”, aseguró el mandatario. El tema es que los puntos más preocupantes para Chile, según el informe “Planeta Vivo”, y que mantiene al país en un frágil equilibrio, son las emisiones de CO2 y la explotación forestal.
El Presidente mencionó que “la minería representa hoy el 15% de nuestro PIB (producto interno bruto), el 17% de los ingresos fiscales y el 60% de nuestras exportaciones”, sin embargo, no mencionó algún compromiso de las mineras para contrarrestar la contaminación y el apremio energético que seguirá poniendo en jaque a todo el país. Incluso la cuprífera estatal Codelco, tiene en condiciones de extrema toxicidad a comunidades como la de Ventanas en Puchuncaví en la Región de Valparaíso.
Por el lado amable, Piñera se comprometió a modificar la Ley de Pesca y Acuicultura, para proteger y asegurar la sustentabilidad del recurso pesquero, otro de los problemas que reflejó el estudio internacional y que mantiene a los hombres de mar de toda la costa en pie de guerra, ya que el proyecto legislativo fue creado por el Consejo Nacional de Pesca en donde el 60% de los miembros está vinculado al sector pesquero comercial. Para contrarrestar esta decaída correlación de fuerzas el presidente anunció que enviará un proyecto de ley que creará el Instituto de Desarrollo de la Pesca Artesanal (INDEPA).
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Considerando los terribles efectos de la sequía en varias localidades del país, Sebastián Piñera anunció que “estamos desarrollando la Estrategia Nacional de Recursos Hídricos para los próximos 20 años” mencionando que esto es para que “los ríos no se pierdan y terminen dando al mar” (como usualmente sucede en la naturaleza). Este Plan de Embalses contempla 15 obras. Ya fueron entregados Ancoa, El Bato e inició la construcción de Chacrillas. Lamentablemente no se incluyó ningún anuncio respecto a una revisión del Código de Aguas, que mantiene vacíos que se prestan para abusos, perjudicando a las personas y sus hábitat.
En materia energética, el gobernante refrendó la aplicación de la “Estrategia Nacional de Energía” para las próximas dos décadas que se basa en siete pilares y 80 medidas específicas. Lo más relevante del plan es que el agua seguirá siendo la base de desarrollo eléctrico para Chile. De un 34% se quiere pasar a un 45% y 50%, dejando en evidencia que continuará el apoyo a mega represas como HidroAysén y Río Cuervo. En cuanto a las energías fósiles, el plan dice que se incorporarán instrumentos tributarios destinados a desincentivar externalidades negativas, estableciendo impuestos a las emisiones o métodos de compensación de las mismas, como bonos de carbono o las plantaciones forestales. ¿Suficientes? Es lo que quienes conocen del tema se preguntan en miras del impacto que provocan en el ecosistema de las comunidades que lo habitan.
“Estoy orgulloso de programa @EligeVivirSano que logra que millones tomen conciencia de las ventajas de una vida sana” dijo emocionado el mandatario quien agradeció a Cecilia Morel, la Primara Dama, la dedicación que ha puesto para levantar este programa con bastante penetración por medio de una campaña mediática que promueve un estilo de vida más saludable. Sobre cómo aplicar efectivamente estos buenos deseos no se mencionó nada. Ciclovías, menús escolares, ambientes sin contaminación, reciclaje y un largo etcétera para conseguir este cometido, simplemente se quedaron en el tintero.
En cuanto a la conectividad de los santiaguinos, Piñera anunció la mayor ampliación del Metro de Santiago, que permitirá aumentar de 95 a 140 kms. su red. “En septiembre iniciaremos nuevas líneas 3 y 6 que reducirán a la mitad tiempos de traslado de un millón y medio de personas”, agregó poniendo acento en la descongestión y la descontaminación de la saturada capital. No se mencionaron cuando estarían listos los planes de mitigación para palear el efecto del Costanera Center, ni quién deberá pagarlos.
Con respecto a los pueblos originarios, el gobernante mencionó: “Presentamos una reforma constitucional que reconoce a Chile como un país multicultural” y agregó que “Solo a través del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) hemos multiplicado por ocho la cobertura a familias de pueblos originarios”. No aludió a la polémica desatada por la adscripción a la Ley Indígena y el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que hace referencia a que los pueblos autóctonos deben ser consultados si un proyecto se va alojar dentro de sus tierras, lo que ha frenado proyectos mineros extractivos transnacionales como El Morro.
Esto es es definitiva lo que el Presidente de la República manifestó en su cuenta pública 2012. Los anuncios someros en honor al tiempo, se irán desplegando en lo que queda de su gobierno y, si existe continuidad en los planes, en los años venideros. Queda mucho por construir, fiscalizar, y por supuesto proponer, para lograr “en la medida de lo posible” que el futuro de Chile, sea verde.