Todos quienes nos hemos seducido con el huerto urbano, o quienes tienen la suerte de vivir en el campo, sabemos que la tierra ofrece sus bondades durante todo el año. Aunque en verano se concentra la mayor abundancia de frutos, el otoño y el invierno son buenas fechas para plantarlos, siempre y cuándo los resguardemos de las heladas.
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Lo mejor es hacer almácigos, por lo que guarda todos los potecitos de yogur, o seguir nuestras recomendaciones de utilización de cajas de huevos. Hay que tener presente el tema de los multicultivos, ya que las plantas de la misma familia, tienden a competir por el agua y el sol, lo que hace a nuestros cultivos más débiles.
Zanahorias: Debes evitar las heladas, pero puedes plantarla casi todo el año. Hay que esperar 90 días para cosecharlas, y se asocian bien con cebollas, ajos, lechugas, rábanos, tomates y guisantes. Hay que evitar las verduras de la misma familia como el perejil, el apio y el hinojo.
Ajo: Se siembra el diente de ajo directo a la tierra durante el invierno y otoño.
Guisantes (legumbres): Se plantan en otoño, teniendo cuidado con las heladas. Debes poner una caña o un palo que haga de tutor, pero no es necesario atarla, ya que la planta lo hará naturalmente. 60 días tarda en estar lista para la cosecha. Se debe evitar que coincidan con verduras de la misma familia. Tampoco es recomendable que coincida con el ajo o la cebolla. Son compatibles con la zanahoria, el rábano, la col y la lechuga.
Acelgas: Se pueden sembrar todo el año, simplemente tenemos que tener cuidado con la siembra y transplante en época de temperaturas muy altas o muy bajas. Se siembran en grandes cantidades para conseguir hojas frescas que están listas a partir de los 50 días. Las raices crecen mucho por lo que es bueno mezclarlas con lechuga, coles, cebolla y ajo. Deberemos evitar otras hortalizas de la misma familia como la remolacha y las espinacas.
Espinaca: Es de ciclo bastante corto, ya que su cosecha se hace transcurrido unos 40 días. Es bueno plantarlas asociadas a plantas de ciclos largos como el tomate, la berenjena en la primavera o la cebolla y la col en otoño. A fines de verano y fines de invierno, es mejor su cultivo.
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Rábano: Se puede cultivar todo el año teniendo cuidado con las heladas. En invierno se cultivan tubérculos más grandes y tienen un ciclo de cosecha de unos tres meses. En verano es de 6 semanas y los rábanos salen más picantes. Puede ser bueno sembrar una hilera de rabanillos cada 10 días para obtener una cosecha continuas. No tiene grandes incompatibilidades, pero evita la col, el nabo y la coliflor.
Lechugas: Se pueden sembrar todo el año, pero en verano tiene un espigado prematuro. Dependiendo de la variedad de lechuga, tendremos éxito en las distintas temporadas del año. Desde la siembra hasta el transplante se necesita como mínimo un mes. Y ojo, puedes sacar solo las hojas dejando la raíz, para que vuelva a brotar. Es muy aconsejable asociar la lechuga con otros cultivos más largos como la cebolla o el tomate, de modo que, una vez cosechada la lechuga, los otros cultvos ocuparan su espacio.
Apio: Acepta bien el frío, por lo que se puede plantar en invierno aunque florece antes. La germinación es lenta y necesita de mucha agua, así que no puedes descuidar el riego. Debes evitar juntarlo con la zanahoria o el perejil.
Repollo: Es preferible trasplantarlo durante la primavera o el otoño y evitar los meses de verano. El trasplante a finales de verano o principios de otoño permite tener ocupado el huerto durante los meses de invierno. También se puede trasplantar a finales de invierno. Tras tres meses se puede cosechar. Es bueno asociarla con cultivos de ciclo rápido como la espinaca.
Las plantas medicinales que puedes plantar son: Menta, Caléndula y Borraja
Link: ¿Cómo hacer un huerto urbano en un departamento?
Vía: Horturbà