Lifestyle

“Isla Riesco, el mal menor”: Consideraciones respecto a la explotación carbonífera en Chile

El problema, además del local que afecta directamente a Isla Riesco, lugar de donde se sacará el carbón, es continuar teniendo como matriz energética a las termoeléctricas con base a carbón.

¿Una nueva forma de ser medio ambientalista?  

PUBLICIDAD

Marcelo Mena,  Director del Centro Sustentabilidad Universidad Andrés Bello, es un verdadero hincha del carbón, a pesar de autocalificarse como contrario éste. Esa sensación es la que tengo luego de la entrevista hecha a raíz de la columna de opinión ”Isla Riesco, el mal menor” que escribió en la revista Qué Pasa. En ésta expone que la explotación del mineral, puede ser sustentable si las empresas realizan acciones de mitigación, como la reforestación de las áreas depredadas.

Siendo elevada en mi análisis, Mena intenta lograr, en la medida de lo posible, hacer algún tipo de paliativo, en el primer eslabón de la cadena contaminante.

El asunto es que esta mitigación del impacto ambiental, sería en base a lo que los organismos del Estado le exigen a las empresas que que explotan los recursos naturales, aprobados por Informes de Impacto Ambiental, que gestionados por consultoras contratadas por las mismas empresas, puede resultar incluso siendo falsificados.

Paliativos insuficientes ante la catástrofe medio ambiental local, en la zona de la extracción y una mucho mayor que se extiende a los territorios donde se utiliza este combustible fósil, en este caso,  para echar a andar termoeléctricas altamente contaminantes.

Además aún no contamos con Superintendencia, ni institucionalidad seria para combatir la corrupción, por lo tanto la fiscalización llega desde las mismas comunidades, que dicen la frase escogida para retratar este problema por las pantallas de TVN: ¿Por qué en mi jardín?

Por eso todos estos temas caen en territorialidades. Son las comunidades las que elevan recursos de protección, y las empresas de capital privado las que apelan a la Suprema.

PUBLICIDAD

Con esta visión, no se puede esperar un criterio realmente “ecológico”, sino, uno netamente de propiedad. Litros de bencina, impuestos aduaneros, royalty minero, inversión privada, terrenos para el ganado, mi casa, mi escuela, mis niños. Porque la única forma de presionar a la industria de los recursos naturales, y al depredador en general, es con los costos.

Si les sale más barato, volverse verde será la elección escogida. Por el contrario, si nuestro bolsillo lloriquea en nuestras faldas, no nos interesará cuidar el medio ambiente. Por ejemplo, ¿Tú irás a comprar tu bono de carbono en Peñalolén para reforestar la Patagonia?

A menos que nuestra familia se vea dañada con cáncer por pesticidas, malformaciones congénitas (posible si una “presta el cuerpo” para una simiente que se convertirá en un niño minusválido, o peor aún, muerto a penas nace), o paisajes reducidos a ruinas, entre otras miserias originadas por los desastres ambientales, nos acordamos de Pachita Mama, el resto del tiempo, poco y nada.

Por otra parte, y es el tema que tiene a los patagónicos en pie de lucha, es que además de la destrucción de sus recursos, no existe algún tipo de ventaja de la explotación. En palabras de Nicolo Gligo, Premio Nacional de Medio Ambiente :” La región ha sido históricamente espoliada, es especial al extraerse sus recursos naturales no renovables. Carbón, petróleo y gas fueron exportados fuera de la región y llegaron a constituir un porcentaje muy importante del combustible de la matriz energética de Chile (52%). ¿Qué quedó en la región? Prácticamente nada“.

Ahora es visible Isla Riesco, pero la mayoría no tenía ni la más mínima idea de su existencia. Una mujer nos contó de sus maravillas (Ana Stipicic), pero nadie las ha visto con sus propios ojos, por lo que hombres como Marcelo Mena, y he ahí el único valor, para mí por cierto, que puede tener este odioso discurso pro carbón made in Chile (para la mitigación de la huella de carbono…o ¿para la mitigación de cobro de impuestos y diesel?) es dar este testimonio contrastante, que narra la Isla Riesco como un descampado y no como una maravilla de la naturaleza: “Está lleno de alambres de púas, fue quemado por los mismos colonos y los huemules no corren ni saltan libremente, por que apenas hay. Te reitero, está lleno de alambres de púa y es una zona que los colonos utilizaron para tener al ganado”.

Si esto realmente es así, hay una cosa en la médula que hay que empezar a resolver, pero esto ya no es asunto de los colonos que también “hicieron pebre” la Isla Riesco, sino un asunto por el cuidado del planeta Tierra, que se nota que está un “poco” a maltraer. Por lo tanto, lo mínimo sería entender, además de nuestras coyunturas de simples mortales, el Impacto Ecológico, negado a niveles tan vergonzosos, como lo son los ninguneos a los orígenes identitarios de cada quien.

El problema, además del local que afecta directamente a Isla Riesco, lugar de donde se sacará el carbón, es continuar teniendo como matriz energética a las termoeléctricas con base a carbón, para surtir de electricidad las faenas extractivas de la minería del norte.

Hemos sido el mayor meteorito carcomedor y hemos echado a flote el sedimento de la historia (explotando los recursos de las capas de la Tierra). Estamos trayendo a la vida el pasado, los fósiles, los cadáveres de milenios. Todo esto es obviamente contaminante, y desequilibrante, si obedezco a mi pasado campesino y supersticioso.

Mena, dice que el carbón podría ser en sí mismo un mitigador, ya que baja sus emisiones al transformarse en gas natural. Aún así y con todo lo que plantea molesto, tras la publicación de la entrevista: “En mi vida profesional he sido el principal opositor del carbón, y uno de los mas fuertes prositores de la norma de emision de termoelectricas (dentro del gobierno, y fuera de el en estudios y columnas)” , nadie, teniendo en cuenta que en una década aumentó la emisión de CO2 en 160% por el aumento de termoeléctricas con base a carbón, podría siquiera aparentar ser hincha del carbón, o aplaudir tan optimistamente las gestiones mínimas de mitigación que Minera Invierno ofrece en el lugar de la extracción del combustible fósil.

Potenciar y promover que las empresas inviertan en matrices energéticas  renovables no convencionales propias, podría ser más representativo de un referente en sustentabilidad, porque más allá de la realidad de la que da cuenta Marcelo Mena, premiado por el Ministerio de Medio Ambiente como Personaje Ambiental 2011: “El carbón va a seguir siendo utilizado por lo menos durante 20 años más en Chile” y de las “necesidades de la empresa” y el Estado-Nación que hacen esta realidad posible, están los Derechos de la Tierra.

Para finalizar, solo me queda agregar un mea culpa a raíz de la mezcla de formatos que deformó la entrevista realizada a  Marcelo Mena,  Director del Centro Sustentabilidad Universidad Andrés Bello, al haber colocado a continuación de ésta, mi columna. Me arrepiento, además de no haber preguntado en su momento bajo qué invitación fue Mena a recorrer la Isla Riesco.

PUBLICIDAD

Tags


Lo Último