La cosmovisión que tienen los pueblos indígenas de mundo, es bastante distinta a la nuestra; empapada de desarrollismo con fines de modificar la naturaleza privilegiando la producción, nos interesa ampliar nuestras ciudades y nuestras economías para la acumulación de capital. Es por eso que los problemas no cesan. No hay diálogo posible entre tan dicotómicas posiciones.
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Cada vez con más violencia, las tribus indígenas que protegen sus tierras, a la que ven como su propia madre, son duramente reprimidas.
Es el caso que los indígenas Ngäbe-Buglé, habitantes primigénios de lo que actualmente es Panamá, y que hoy por hoy llena las primeras planas de la prensa con horribles enfrentamientos entre éstos y la policía, que ya ha cobrado una victima fatal, y centenares de heridos a causa de la extrema fuerza con la que actúan.
Desde el lunes pasado se encuentran bloqueada la carretera Panamericana, principal acceso al país, causando desabastecimiento agrícola y energético.
La medida fue tomada por los Ngäbe-Buglé, con el apoyo de varios sindicatos de trabajadores, para exigirle al presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, que cumpla su promesa de que un proyecto que se debate en la Asamblea Nacional (Congreso unicameral) excluya las operaciones mineras y la construcción de hidroeléctricas de sus aldeas.
Este pueblo originario, como cualquier otro, quiere proteger a la naturaleza y para eso no ha escatimado en recurso alguno en las medidas de presión. El conflicto obligó a abrir un puente aéreo y el sábado fueron rescatados cerca de mil turistas atrapados entre las protestas callejeras, mientras la autoridad, liderada por el ministro de Seguridad Pública, José Raúl Mulino, defiende el actuar policial argumentando que “Gobernar es decidir”.
Fuente: Continúan las protestas indígenas contra un proyecto minero en Panamá (El País)