Una de las principales sospechas del Gobierno ante el trágico incendio de Quillón, en el centro sur de Chile, recayeron sobre mapuches presos, procesados por la Ley Antiterrorista por atentados incendiarios a fundos privados dispuestos sobre terrenos sagrados. La imputación de estos delitos se hizo mediante testigos protegidos, es decir personas que cubrieron su rostro y no fueron identificadas. Ante este escenario los comuneros siempre han alegado montaje, ya que no se reconocen culpables de los hechos.
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Pese a esto, el incendio de Quillón fue relacionado por el Presidente de la República, Sebastián Piñera, con un acto terrorista sin haberse llevado a cabo una investigación acabada por parte de Fiscalía Nacional. Según la Coordinadora Arauco Malleco, organización mapuche, no guarda relación alguna con un acto violento de su autoría.
Han salido varios defensores del pueblo nativo aludiendo a otras razones, que explicarían este incendio “intencional”, ya que se trata de focos provocados en 58 sitios de manera prácticamente simultánea. En primer lugar está la versión de Bomberos de la zona, que sin entrar en un debate político, ni defender una postura u otra, explicaron el siniestro aludiendo a la confección artesanal de carbón.
Pero la más filosa de las conjeturas ha sido la que plantea Alfredo Seguel, en Mapuexpress: “Las plantaciones forestales en el centro sur de Chile están bajo una plaga extendida desde la Región del Maule hasta la región de los Lagos y que a puesto en jaque a las empresas forestales chilenas. Sirex noctilio (o avispa taladradora) es su nombre y la Corporación de la Madera estaba bajo alerta en el año 2006, mientras que el Servicio Agricola y Ganadero (SAG), tiene antecedentes de la plaga desde 2001, y ya lleva cientos de acciones infructuosas. Hoy, coincidentemente, hay miles de hectáreas de plantaciones quemadas por incendios en le centro sur de Chile”.
Con esto deja entrever el grave problema que estaba afectando a estas forestales, que implantaron especies de pino radiata y eucaliptos, los cuales secan las napas subterráneas y generan habitualmente feroces incendios en la zona. Ya en el año 2010 se daban señales de desesperación y el SAG indicaba a la prensa: “En la actualidad Sirex noctilio está presente en Áreas Bajo Cuarentena ubicadas en las regiones del Bío Bío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos. Asimismo, se realiza el control al movimiento de maderas para evitar la dispersión”.
Se incorporaron además, medidas específicas que incluye la resolución número 973 del 14 de mayo, como el corte de árboles infestados por el Sirex y su eliminación mediante incineración, picado o enterramiento.
El avance continuó agravándose, llegando al extremo de que el SAG debió establecer Zonas reglamentadas Por Sirex Noctilio durante el 2011 en varias regiones y sólo en la Región del Bio Bio, donde ocurrieron mayoritariamente los recientes incendios forestales y con el objetivo de fortalecer las acciones fitosanitarias implementadas en las áreas de cuarentena, el Servicio Agrícola y Ganadero, en conjunto con el Comité Nacional Técnico de Sirex noctilio, se declararon las siguientes localidades en cuarentena, una treintena de localidades. El SAG intentó generar un control “biológico” de esta plaga con la Megarhyssa nortonies un insecto originario de Nueva Zelanda, que según dicen, controla naturalmente la avispa taladradora de la madera del pino, pero hasta ahora, lo que mejor resultado les dio a las forestales, ha sido el efecto purificador del fuego.
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Sacar conclusiones apresuradas, eludiendo la “prudencia” a la que llamó el Fiscal Nacional, Sabas Chahuán, ante las declaraciones del Ministerio del Interior, es siempre odioso y errático. Esperemos que las investigaciones sean concluyentes y se pueda terminar con la incertidumbre, y el dolor de los familiares de 7 brigadistas muertos, las 222 familias que han visto como sus hogares se han vuelto cenizas y la madre tierra, que incluso antes del desafortunado siniestro, estaba sufriendo a causa de la introducción de especies que rebajaban su calidad mineral y secaba sus napas subterráneas, arboles por lo demás enfermos, “apestados” por la plaga y con pocas proyecciones de venta.
Fuente: La Plaga en las plantaciones forestales chilenas se llama la Avispa taladradora (Sirex noctilio) (Mapuexpress)