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Su estilo es sumamente erótico y bizarro, no es para nada convencional y ama causar rechazo que al mismo tiempo atrae al público. Es toda una locura de profesional y ha logrado retratar a los personajes más famosos del mundo Orlando Bloom, Christina Hendricks, Kirsten Dunst, Jared Leto, Kate Moss, Jon Bon Jovi, Mick Jagger y muchos otros han caído bajo los encantos del lente de Richardson.
A pesar de las críticas de no tener idea de fotografía y moda, este artista contemporáneo nació rodeado de imágenes de desfiles y producciones ya que su padre Bob Richardson trabajaba en esto y al mismo tiempo luchaba contra una fuerte adicción a las drogas y una complicada esquizofrenia.
Richardson nació en Nueva York pero se crió en Hollywood, un barrio de Los Ángeles, California, donde asistió a la Hollywood High School. O sea imagínense la vida de adolescente de este tipo en la ciudad más horny de EEUU y viendo como su padre trabajaba con cientos de modelos súper sensuales. Obviamente me pongo a pensar y digo, “ahora lo entiendo todo”.
En la secundaria participó en una banda de punk-rock que al deshacerse lo lanzó a la fotografía y fue justamente ahí cuando su madre le presentó a Tony Kent un famoso fotógrafo de modas que ahora es agente motivacional.
Hoy Richardson es uno de los fotógrafos de moda más importantes del mundo, claramente muy distinto a Mario Testino o Annie Leibovitz que son súper eminencias en el tema y tienen una técnica maravillosa. Pero este “loco lindo” se ha ganado el respeto mediante cientos de producciones para casas de moda muy influyentes como Gucci, Levi’s, Tommy Hilfiger, Hugo Boss y Dolce & Gabbana, entre otros. También colaborado con revistas como Vogue, Harper’s Bazaar, Penthouse y varias más.
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Entre sus preferencias están las fotografías de celebridades y a él le encanta retratarse con ellas. Pero más le gusta fotografiarse mientras tiene sexo. Loquillo. Sus imágenes se reconocen a un kilómetro de distancia ya que la mayoría de las veces utiliza un fondo blando y nada más.
Además, el año pasado fue el encargado de realizar el calendario Pirelli 2010 que fue ampliamente criticado por su estilo poco elegante -un punto fundamental para desarrollar este calendario-, algunos dijeron que era un calendario perfecto para poner en un garaje de mecánico. Yo creo que Richardson lo hizo apropósito, le encanta provocar y siempre logra hacer ruido. Gran valor.