Nuevos datos se suman a lo que le contamos la semana pasada sobre los herbicidas de Monsanto. La organización Earth Open Source acaba de sacar el informe El glifosato y los defectos de nacimiento: ¿Se ha mantenido a la gente en la oscuridad respecto a este hecho? que a venido a derribar el discurso acerca de lo inofensivo del glifosato (en inglés Roundup). Con evidencia empírica el informe dice que es un peligro para la salud humana y ocasiona malformaciones congénitas.
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Ocho científicos e investigadores, los más destacados en el área de la investigación transgénica han comprobado que este producto es un mortal veneno disfrazado de herbicida. En estudios de laboratorio produjo defectos de nacimiento en embriones de anfibios y aves en concentraciones diluidas, es decir mucho más bajas de las que se usan a nivel comercial.
En Sudamérica, se vende una versión más tóxica para fumigar las plantaciones agrícolas del todo el continente, sin importar los daños ambientales y humanos. El texto es muy categórico al decir que se trata de ecocidio y un genocidio por parte de las multinacionales, bajo el silente amparo de los políticos, como los chilenos, que están envenenando a sus propios pueblos y la naturaleza.
Ejemplifican con el caso de Argentina, que luego de 10 años de cultivos transgénicos el uso del glifosato aumentó en un 300% y la ocurrencia de malformaciones congénitas en recién nacidos, creció en un 400%.
Desde el año 1993 la industria de los herbicidas, incluido el gigante Monsanto, conocen de los daños del glifosato: Conejos expuestos a dosis bajas y medianas del veneno resultaron con anomalías tales como la dilatación del corazón. El informe añade que desde el 2002 los reguladores de la Comisión Europea hicieron vista gorda de esta evidencia y aprobaron su uso en Europa por los siguientes 10 años.
No es la primera vez que Monsanto tiene problemas con el glifosato. Por años lo publicitaron como un producto “biodegradable”, “amigable con el medio ambiente” y “seguro como la sal de mesa” hasta que en 1996 la Fiscalía General de Nueva York demandó a la compañía por publicidad engañosa y debieron pagar una multa de 250 mil dólares. Monsanto nunca reconoció públicamente su error.
Con el conocimiento de estos nuevos antecedentes, el gobierno de Sebastián Piñera debiera informarse acerca de esta situación y retirar las indicaciones sustitutivas enviadas al Congreso en marzo pasado y que hacen suyo el proyecto de ley que busca liberar los cultivos transgénicos en Chile. Asimismo llamamos a nuestros lectores a difundir esta información por sus redes sociales, con el fin de que una mayor cantidad de gente se informe y transmita este importante anuncio.