Ya en 2008 Bolivia, bajo el gobierno de Evo Morales, se transformó en el primer país en legislar en contra del uso de animales en circos, y este año fueron los primeros en reconocer los derechos naturales de la Madre Tierra, en una iniciativa que fue considerada revolucionaria a nivel internacional. El nuevo golpe que están dando es el de la soberanía alimentaria.
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Enormes crisis alimentarias son uno de los desastres que se prevén con los efectos del calentamiento climático, y parece indispensable que los países cuenten con cierta soberanía para mantener a su población. En Chile, por ejemplo, gran parte de la industria del alimento se encuentra en manos extranjeras.
El objetivo principal de la ley 144 es garantizar la seguridad y soberanía alimentaria del país multinacional, especialmente a través de una dinámica de inversión económica orientada a los agricultores nacionales y campesinos. Habrá por ejemplo un seguro campesino, para que éstos puedan trabajar tranquilos, a favor del país, y mejorando sus condiciones de vida.
También existirá la concesión de créditos sin intereses para aquellos pequeños agricultores que están trabajando por la alimentación del país, poniendo énfasis en la producción de maíz, arroz, papas, caña de azúcar, quínoa y sorgo.
A diferencia de Chile, donde casi a oscuras se aprobó el convenio UPOV 91, con la nueva legislación boliviana quedará prohibida la entrada al país de semillas genéticamente modificadas de especies de las que el país sea centro de origen o diversidad, lo que significa una importante protección a las especies naturales bolivianas y a los trabajadores de la agricultura. No se promueve el uso de transgénicos, sino que se valoriza el patrimonio genético ancestral de los productos bolivianos.