Hoy jueves el períodico El Diario de Madryn publicó un reportaje en el que acusan un extremo caso de negligencia en el zoológico de Rawson, la capital de la provincia de Chubut, al sur de la república Argentina. Según la información que entrega el medio, gran parte de los animales del zoológico perecieron de hambre y sed.
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Hace más o menos un año, la intendencia de Rawson entregó el zoológico a la muncipalidad, para que se hicieran cargo de él con la promesa de convertirlo en uno de los mejores zoológicos del país, para lo que recibirían un subsidio de 60mil pesos argentinos. Los habitantes de Rawson esperaban que en poco tiempo el zoológico fuera uno recomendable a nivel internacional, pero a poco después se encontraron con la sorpresa de que los animales empezaron a desaparecer.
Con la nueva administración empezaron a pasar cosas como que alimentaban a los animales con carne de guanaco, producto prohibido en Argentina, y desaparecían las mejores partes de esa carne, como el lomo. Los empleados del parque comenzaron a cazar palomas para dar de comer a las águilas, que podían pasar hasta 20 días sin alimento.
Los veterinarios dejaron de atender a los animales con la nueva administración, por lo que muchos animales enfermos murieron, como el ciervo blanco. Otro ciervo, el rojo, se golpeaba contra las rejas haciéndose heridas en la cabeza, las que se infectaron sin que nunca fuera atendido. Empezaron a desaparecer chivos y a proliferar asados. Ovejas y carneros fueron faenados en el mismo zoológico. Los tigres, flacos como palos, comen carne podrida y fétida de color verde. Los guanacos asomaban la cabeza por entre los alambres para comer el pasto que alcanzaran. Uno de ellos murió en esa posición.
Todas esas acusaciones las hicieron empleados del zoológico, quienes aseguraron que los administrativos les exigían que dijeran que el tigre había sido regalado a otro parque, cuando en realidad había muerto. Según los empleados, se alegraban cuando moría un animal pues así recortaban gastos.
En todo caso, si bien este es un caso extremo, hay quienes pensamos que los animales no deberían en ningún caso vivir en cautiverio. Excepto por contadas excepciones, como el BuinZoo, los animales encerrados sufren de enfermedades mentales que los llevan a tener conductas obsesivas y repetitivas, producto del infinito aburrimiento que enfrentan en el encierro. Pero dejarlos morir de hambre para recortar gastos, eso es simplemente maldad.
También puedes ver la nota original en El Diario de Madryn.