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Mujeres adictas al trabajo

Independientes, solteras y trabajólicas. / (cc) Flickr.com/Baptigrou.

-Las mujeres podemos hacer mil cosas al mismo tiempo sin confundirnos y, lo mejor, hacer todas bien: hablar por teléfono, escribir un correo, cuidar los niños (si es que hay), etc. Y eso no nos cataloga de trabajólicas, es parte de nuestra naturaleza ¿Entonces cómo es una adicta al trabajo real y asumida?

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Sofía y Alejandra no se conocen, pero tienen algo en común: viven por su trabajo. Eso se traduce en auto suficiencia e independencia, según la investigación que hice para este tema.

Una mujer trabajólica no necesita estar en pareja, puede arreglárselas sola perfectamente. “Yo no dependo de nadie emocionalmente, de ningún hombre por supuesto. Ni siquiera de mis hijos”, dice Alejandra (38). Ella es separada y madre de dos hijos, de uno y tres años. Trabaja desde los 16 años, “llegaba del colegio a ayudar a mi papá en la empresa y me encantaba”, agrega.

Sofía es psicóloga (36), soltera y sin hijos. Atiende en su consulta hasta las diez de la noche, llega a su casa y sigue conectada, todo el tiempo está revisando su correo y mandando mensajes de texto. Ella no sólo trabaja en su oficina, dice que no puede parar. “Llego a la casa a cocinar en la noche, pero no porque tenga que hacerlo, sino que me gusta estar haciendo cosas”. Ella es tan trabajadora que para uno de sus cumpleaños hizo siete tortas y sólo había invitado a cinco amigos a comer, por supuestos todos se llevaron un pedazo.

Para Alejandra no parar ni un minuto en el día es su opción de vida. “No me complica para nada, de hecho me gusta tener que hacer cosas. En la oficina hago de todo, no sólo mi pega, y siempre estoy pensando en lo que tengo que hacer más rato. En mi casa sigo así, pienso en el trabajo mientras veo a los niños”, dice.

Alejandra durante 14 años de trabajo sólo ha salido de vacaciones cinco veces, Sofía, en cambio, sale más porque le gusta viajar. “Me encantar estar moviéndome siempre, pero igual sigo pendiente de mis pacientes en las vacaciones porque no los puedo dejar a la deriva”, dice la psicóloga.

Una mujer excesivamente trabajadora, a pesar de vivir pendiente de sus deberes, tienen gran libertad gracias a su auto suficiencia e independencia emocional. No sé si ser así sea lo más recomendable, porque terminan agotadas, pero al menos siempre están con las pilas puestas.

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