Empecemos por esta pregunta simple, tal y cual lo abordé con la sexóloga María José Bonilla. ¿De quién es la culpa respecto a las quejas de que una mujer finja o no llegue a un orgasmo: de ellos o de ellas?
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Según la especialista, la masturbación es un acto sumamente natural pero que nos hace falta a las mujeres, latinas especialmente. Ha visto casos de niños que desde los dos años ya se tocan sus partes íntimas ya sea para experimentar placer o por curiosidad.
En el caso de las mujeres sentimos que no tenemos esa facilidad anatómica como sucede con los hombres que tienen una erección y pueden estimularse. Sin embargo, nosotras experimentamos el placer intentando llegar a nuestros órganos íntimos que se ubican hacia adentro.
Sin embargo, hablar de masturbación como tal, con el solo hecho de escuchar la palabra, es someterse a una serie de criterios conservadores que escandalizan y ponen en vergüenza a las personas. Pueden existir otros hechos que se han quedado en nuestra memoria como si fuera algo malo pero precisamente esto lo que ha inducido que no conozcamos nuestro cuerpo de manera más profunda en intimidad con nosotras mismas.
“Este es un hecho que se evidencia entre las ecuatorianas en cuanto a su experiencia para masturbarse y exploración sexual, les falta experiencia. Yo lo he palpado como sexóloga y psicóloga pero felizmente hoy en día los medios de comunicación han dado cabida a estos tipos de temáticas y es un ligero avance.
Acota que la capacidad de seducción es muy enriquecedora al vernos en un espejo desnudas. Ahí aprendemos la importancia del preámbulo del coito. Hacerlo en la intimidad de nuestra habitación debería ser parte de nuestros días. Incluso como una manera de fortalecer nuestra autoestimas.
“Tocarnos los senos, deslizar nuestros dedos por todo el cuerpo, acariciarnos, en fin, hay un sinnúmero de maneras de satisfacernos y eso fomenta la actitud sexual que puede tener a un hombre extasiado”, explica.
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La masturbación no debe experimentarse a una edad avanzada porque nunca sabrás lo que es tener un orgasmo. Puede que cataloguemos a un hombre como una buena pareja sexual por cómo nos hizo sentir más no necesariamente porque llegamos al clímax. Y creemos que eso es todo. Hay que saber lo que es mejor a nivel físico.
“Nosotras somos las que deberíamos guiarle a un hombre para que nos excite. Hay muchísimas mujeres a las que he atendido y confiesan que demoran en llegar al orgasmo. Ellas coinciden que les encantan que haya un preámbulo lleno de caricias, jugueteos, y donde confesemos lo que nos gusta a la hora de la intimidad. Es una responsabilidad compartida de la pareja.
Hay demasiadas formas de experimentar un orgasmo ya sea por masturbación al tocarnos el clítoris, estimulación del punto G con los dedos, eretismo anal por sus terminaciones nerviosas así como sexo oral de parte y parte y otras formas relacionadas con nuestras fantasías sexuales.
A ellos les gusta y excita vernos en acción porque una mujer que se conoce físicamente sabrá denotar una madurez emocional y sexual. No dudes de tu actitud y menos aún si hay una complicidad y confianza con tu pareja, esto creará un vínculo más fuerte”, destaca.